sábado, 20 de febrero de 2010

Nicolás Romero: Los chinacos durante la intervención francesa


Fragmento tomado del libro inédito Historia de la charrería, 1991, México.
Autor: Juan Ignacio Rodríguez Cervantes (Médico, charro y cronista de la charrería)
Ilustración: Estatua de Nicolás Romero en la Plaza Principal de Nopala de Villagrán, Hidalgo.

Durante la intervención, el general Vicente Riva Palacio estuvo al frente de una corporación de chinacos, a cual más llenos de valor y patriotismo. Él, nació en la Ciudad de México el año de 1832; murió en Madrid, España, en 1896. Fue hijo del abogado Mariano Riva Palacio y de doña Dolores Guerrero, hija de Vicente Guerrero, consumador de la Independencia. Se distinguió en numerosas combates, contando entre sus grandes jefes a Nicolás Romero, Crescencio Morales, Luis Robredo, Félix Bernal, Francisco Serrato, Donaciano Ojeda, Luis Carrillo y muchos más. Durante y después de las acciones bélicas se dedicó al periodismo; redactó periódicos como El Monarca y El Pito Real, los versos de "Adiós, mamá Carlota"; novelas, obras teatrales y la monumental obra México a través de los siglos, en donde encontramos numerosas citas de las aquí reseñadas.


De sus jefes destacó notablemente Nicolás Romero, prototipo de los Chinacos, diestros en el manejo de la lanza y la reata, a la que los invasores le tenían no miedo ¡pavor!, pues con ella eran manteados o lazados y arrastrados a cabeza de silla; no pedían ni daban cuartel en los combates, pero eran generosos con los vencidos. Cabalgaban por las noches grandes distancias sorprendiendo al enemigo. Su bien organizada táctica de guerrillas obligaba a los franceses a estar en constante alarma, hasta que terminaron por obligar la retirada de sus tropas. Romero, a quien conocían como "El león de las Montañas" o "El rey de los guerrilleros", nació el mes de diciembre en Nopala, ahora Hidalgo. Era, al igual que lo siguen siendo los charros contemporáneos de la región, un notable jinete. Le encantaba bullir su caballo, arrancarlo y rayarlo con singular donaire. Entre sus numerosos hechos de armas, se cuenta que atacó a la vanguardia de las fuerzas del general Leonardo Márquez, por los flancos, con solo cuarenta hombres, dejando tendidos en el campo más de cien cadáveres antes que los imperialistas se reorganizaran. Al iniciarse la guerra contra los franceses, servía en una Fuerza del Segundo Distrito del Estado de México, correspondientes a esa zona, sitio en el que aprendió el arte de la guerrilla. Al fin Charro, dejando a un lado las acciones armadas, participando en una charreada, cayó con todo y caballo, lastimándose una pierna. Ese día, un destacamento francés atacó el lugar huyendo todos desordenadamente. Al día siguiente, un zuavo, persiguiendo un gallo en la cañada de Papazindán, lo descubrió en lo alto de un pino, lo hizo prisionero remitiéndolo a la Plaza de Mixcalco, en la Ciudad de México, donde el bravo guerrillero fue pasado por las armas envuelto en un sarape de Saltillo, el 18 de marzo de 1865. Los Charros de México y de Hidalgo, el mismo día, pero de 1929, develaron una placa en su honor y, en 1996, colocaron en su pedestal, en la Plaza principal de Nopala, una estatua ecuestre de este ilustre Chinaco.

2 comentarios:

  1. EXCELENTE INFORMACION!!!!!!!!!!!!!1

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  2. Woooo esto es genial :) sin palabras, me gustaria aprender mas sobre los chinacos y Nicolas Romero que libros me recomiendas? o que crees que es lo mas interesante de ellos?

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